La literatura y la publicidad suelen ubicarse en las antípodas geográficas. Mientras que la primera brinda una sensación de paz, sosiego, el encontrarse con uno mismo y una cultura menos consumista (esa vorágine obsesiva y vacía de ‘adquirir por adquirir’); la segunda se sirve de las carencias personales (o las crea) para incitar al círculo vicioso del consumo. ¿Han visto cómo la mayoría de escritores acostumbran vestir? Es muy raro verlos ataviados sofisticadamente, pues, por lo usual, lo hacen de una manera sobria y poco llamativa. De ahí que sea pertinente la cita que el autor hace de Beigbeder, cuando agrega que “en mi profesión [de publicista] nadie desea vuestra felicidad, porque la gente feliz no consume” (p. 142). Y Gustavo Rodríguez rompe con este mito contradictorio, dada su condición de publicista y escritor, de gran nivel. Continuar leyendo «[Reseña] Traducciones Peruanas, de Gustavo Rodríguez»
[Reseña] Siddhartha, de Hermann Hesse
Hay libros que llegan a nuestras manos de forma “misteriosa”, como si el destino se encargara de que arriben a nuestra existencia en el momento exacto, ya sea para poder sanar, comprender u olvidar. Y todo este mecanismo que activó esta bonita casualidad ha tenido que articularse milimétricamente, ordenado en el tiempo, con increíble precisión. Quien me lo recomendó, en su momento, aprendió a dejar ir, a no aferrarse, a cerrar un ciclo. Y esto es lo que esta persona intentaba compartir desinteresadamente conmigo, muy a su manera. Continuar leyendo «[Reseña] Siddhartha, de Hermann Hesse»
[Reseña] Los Rendidos, de José Carlos Agüero
Si quisiéramos definir una “historia trágica” no podría faltar en ella el padecimiento de una enfermedad grave o limitativa de la persona, la muerte de un familiar, el encarcelamiento de un ser querido, el despojo de los bienes acumulados en toda una vida, etc. Es posible entonces afirmar que todo lo trágico tiene relación con una pérdida o necesidad de algo, de una gran entidad, sea esta material o inmaterial. La vida de José Carlos Agüero tiene mucho de eso. Sus padres fueron militantes de Sendero Luminoso. Murieron extrajudicialmente. Y él cargó con las consecuencias de culpas ajenas. Continuar leyendo «[Reseña] Los Rendidos, de José Carlos Agüero»
[Reseña] La Carne, de Rosa Montero
“La vida es un pequeño espacio de luz entre dos nostalgias: la de lo que aún no has vivido y la de lo que ya no vas a poder vivir”. Con esta primera frase inicia La Carne (2016), quizás adelantando al lector lo difícil que puede ser para las personas ya no poder llevar a cabo determinados proyectos ante el implacable paso del tiempo: el no poder tener hijos, el no poder sentirse amado, el no poder escribir más, etc. Aunque “el no escribir más” no debería encontrarse en la lista si es que tomamos en cuenta el caso del escritor tardío Giuseppe Tomasi di Lampedusa, autor de Il Gattopardo (1958), muerto a la edad de sesenta años, un año antes de que se publicara su primera y única novela. Continuar leyendo «[Reseña] La Carne, de Rosa Montero»
[Reseña] El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago
Leer a Saramago (1922-2010) ha sido uno de los grandes descubrimientos de mi vida. Y es necesario leerlo hoy más que nunca pues en estos tiempos en que la molicie va ganando mayor terreno, ofrecer una mirada crítica, personal, circunspecta e inteligente de nuestro entorno nos invita a hacerlo también nosotros mismos. Una de las novelas que le granjeó censura internacional, especialmente de la Iglesia Católica, fue su novela El Evangelio según Jesucristo (O Evangelho segundo Jesus Cristo) publicada en 1991, donde sus páginas contradicen los dogmas impartidos. Pero como siempre pasa cuando la Iglesia prohíbe la lectura de un libro, sucede todo lo contrario; basta recordar lo que sucedió con la saga de Dan Brown. Continuar leyendo «[Reseña] El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago»
[Reseña] París en el siglo XX, de Julio Verne
En el mundo literario, las obras Julio Verne (1828-1905) por lo usual se asocian al éxito, calidad, esperanza en la humanidad y una imagen futurista de la sociedad. Sin embargo, muy poco se sabe de los inicios -muy a menudo duros- por los que atraviesa un escritor, pues normalmente tomamos conocimiento de él cuando ya alcanzó la fama o cuando esta suele ser pasajera como una golondrina huidiza que se va para nunca más verla volver. Continuar leyendo «[Reseña] París en el siglo XX, de Julio Verne»
[Reseña] Orgullo y prejuicio, de Jane Austen
Jane Austen (1775-1817) fue una escritora británica que nunca llegó a contraer matrimonio. Y esto causa extrañeza pues sus obras destilan un romanticismo matizado y están hechas con un oficio tal que pareciera que sí habría conocido el amor en algún momento de su vida. Lo cierto es que quien se aventure a transitar por los meandros de la novela romántica, va a encontrar en Orgullo y Prejuicio (Pride and Prejudice), publicada en 1813, no un género agotado y manido sino una novela fresca, con una buena dosis de ironía y sátira, estilo muy marcado en la autora. Continuar leyendo «[Reseña] Orgullo y prejuicio, de Jane Austen»
[Reseña] El último otoño antes de ti, de Carlos Enrique Freyre
La sensibilidad con la que cuenta un escritor y su capacidad para poder capturar y volcar todas sus experiencias al texto es independiente de la actividad que este desempeñe. Y ejemplos sobran. Edmondo D’Amicis sirvió en la guerra de Italia contra Austria (Italia en alianza defensiva con Prusia) y como consecuencia de ello escribió La vita militare (1868); el francés Gabriel Chevallier participó en la Primera Guerra Mundial, escribiendo La peur (1928) donde narra que en un conflicto bélico no existe más sentimiento que el miedo; J. R. R. Tolkien también sirvió en la primera guerra para el ejército británico, rehusándose posteriormente a recibir pensión alguna del ejército. En definitiva, la escritura y las armas no tienen por qué ser incompatibles entre sí. Continuar leyendo «[Reseña] El último otoño antes de ti, de Carlos Enrique Freyre»
[Reseña] Crónica de San Gabriel, de Julio R. Ribeyro
Por lo general la temperatura más baja que puede registrar Lima en temporada de invierno es de aproximadamente 15°C. Imaginemos por un momento que esta descendiera a -31°C. Cuando Ribeyro contaba con apenas 26 años y recién había llegado a Munich, la temperatura era así de baja que prácticamente lo obligó a no salir del cuarto que alquilaba, en un barrio de las afueras de la ciudad. Confinado y recluido, Ribeyro entró en un estado depresivo que solo pudo remediar mediante la imaginación. Es en esas circunstancias donde recuerda un viaje que tuvo cuando tenía catorce o quince años a una hacienda andina y entra en un “segundo estado” de consciencia donde lo imaginado era su realidad, y la realidad lo imaginado. Tres meses después, el hielo se retiraba y en su tomaba su lugar el verdor de los árboles. La novela Crónica de San Gabriel estaba casi terminada. Y con esta ganó el Premio Nacional de Novela de 1960. Continuar leyendo «[Reseña] Crónica de San Gabriel, de Julio R. Ribeyro»