
Este poema fue escrito hace exactamente dos años. El mismo día que se reportó el primer caso de coronavirus en Latinoamérica:
«26 DE FEBRERO, AÑO 20
Llegan noticias de que la peste crece.
China, Corea, Italia, Francia, España.
Y yo en tu regazo maternal, Roma.
Lo llaman coronavirus, es un nombre
técnico, porque el mundo se quedó sin poesía.
Es el mal que viene del corazón de la tierra,
pero a mí me quedan muchas iglesias por ver.
Cada vez que entro en uno de tu templos
mi corazón vuelve a latir como el de un adolescente.
Debería haberme muerto ya, me digo.
Y tú me ofreces una nueva iglesia.
Esas iglesias tuyas son besos que me lanzas.
para tenerme entretenido con la vida.
Son puertas a ningún sitio.
Son tus mentiras dulces y locas» (Vilas, 2020, p. 146).
Referencias:
Vilas, Manuel, 2020: Roma. Madrid: Visor.
