En el mundo literario, las obras Julio Verne (1828-1905) por lo usual se asocian al éxito, calidad, esperanza en la humanidad y una imagen futurista de la sociedad. Sin embargo, muy poco se sabe de los inicios -muy a menudo duros- por los que atraviesa un escritor, pues normalmente tomamos conocimiento de él cuando ya alcanzó la fama o cuando esta suele ser pasajera como una golondrina huidiza que se va para nunca más verla volver.
Hetzel, quien ya había publicado Cinco semanas en globo de Julio Verne, no vio con buenos ojos Paris en el siglo XX. Es más, tuvo expresiones durísimas para el joven literato francés que podrían hacer repensar el oficio de escritor a muchos aspirantes, tales como “está usted chiflado” (p. 11) o “[n]o está usted maduro para un libro así, vuelva a intentarlo dentro de veinte años […] Nada en este libro ofende ni mis sentimientos ni mis ideas. Solo ofende a la literatura. […] ¿No tengo razón, querido muchacho, en tratarle como a un hijo, cruelmente, solo porque le deseo lo mejor? ¿Volverá esto su corazón contra quien osa prevenirle con tanta dureza” (p. 13). No se sabe si Julio Verne respondió a Hetzel, no hay registros de que tal cosa haya sucedido. ¿Se habrá atrevido a responder a su editor?

París en el siglo XX, se desarrolla en el año de 1960. Muestra una sociedad que ofrece dos tipos de rostros. El primero, gobernado por las finanzas, la maximización de la riqueza y el auge de las ciencias (física, química, mecánica, etc.); el segundo, la decadencia y el desprecio a las letras y artes (poesía, novelas, música, teatro, lenguas antiguas como el latín y griego, etc.). Quien quiera convertirse en poeta es tomado por un enajenado. Es el apocalipsis para los escritores. La literatura está muerta. Autores como Victor Hugo, Balzac, Musset y Lamartine no solo no se leen, sino que hasta los mismos bibliotecarios no han oído hablar. Entre estos se preguntan, acaso si así confirman que quien está en error no son ellos mismos sino quien pregunta por dichos autores. Los oficios que más abundan son los relacionados a los negocios, la banca y la burocracia. De ahí que sea muy cierta la afirmación de Verne -ante un hipotético escenario sin humanidades- todo el mundo se enriquece menos el cuerpo y espíritu humanos (p. 119)
Nuestro protagonista, Michel Jerôme Dufrénoy es un aspirante a poeta. Quiso el destino que naciera en una época que no era la suya. Sin padre ni madre, es acogido por sus tíos Stanislas Boutardin y Athenaϊs Dufrénoy, hijos pertenecientes a un siglo industrial. Al llegar a casa, luego de ganar un premio de versos latinos, tocó el timbre -ya para ese entonces increíblemente Verne imaginó la existencia de tal aparato-, y fue recibido por sus tíos mientras cenaban, ante un silencio frío e incómodo. Al terminar, su tío lo aborda, y le advierte que es de necios dedicarse a la poesía si no se tiene fortuna y que al hacerlo solo comprometería a su familia rica. Mañana le esperaría su nuevo trabajo en la banca Casmodage y Cía. Llegado el día, le asignaron una máquina para calcular. No pasó mucho tiempo para que muestre torpeza en el trabajo, así que le derivaron a otra área del Libro Mayor, un trabajo en el que solo tenía que dictar a Quinsonnas. Poco después se enteraría que este último era uno de los suyos: músico. Así transcurre sus días, preocupado ante su situación en la vida, de trabajo en trabajo, afligido, sin dinero, ante una sociedad a la que no puede serle útil.
Llama la atención que a Julio Verne no le guste la música de Wagner (quien cuenta con piezas de gran valor: Der Ring des Nibelungen, Die Walkure, entre otros). De otro lado, dos sucesos no tienen explicación dentro de la novela son: (i) cómo el joven Michel llega a interesarse tanto por las letras en un mundo donde dedicarse a ello es una insensatez, y (ii) por qué Michel se llega a sorprender tanto ante tal situación (a menos que haya vivido exiliado y apartado del resto de la gente, no se explica el porqué de su sorpresa pues ya debería estar acostumbrado a ello). Sin perjuicio de lo anterior, una excelente novela del gran maestro francés que podría enmarcarse dentro del género distópico.
VERNE, Julio, 2008: París en el siglo XX. Madrid: RBA.