[Diario] La serenidad de Kafka

Fuente: telam.com.ar

El 23 de febrero de 2022, Rusia le declaró la guerra a Ucrania empleando para ello un eufemismo, la de una «operación militar especial». En las horas que siguieron me mantuve al tanto de las noticias y del Twitter, sin interrupción, bastante nervioso y desconsolado.

En una entrada del diario de Franz Kafka, correspondiente al día 2 de agosto de 1914, este escribió: «Alemania declaró la guerra a Rusia. Por la tarde, natación».

Ya quisiera tener un poco de la serenidad de Kafka.

[Semblanzas] La amistad, el regalo de la literatura. Una semblanza de Fernando Marías

Fernando Marías. Fuente: hoyesarte.com

Fernando Marías (2015) escribió en alguna oportunidad que «Concretar en un puñado de líneas lo que sabemos de las personas que amamos es un interesante ejercicio de escritura, pero también, y ante todo, un involuntario autorretrato» (p. 17). Cuánta verdad. La vida de los otros es, al fin y al cabo, cuando se interseca con la propia, la nuestra también.

Lo anterior tiene un especial significado, pues el pasado 6 de febrero, el poeta y escritor Manuel Vilas escribió una sentida semblanza, en El País, de su amigo Fernando Marías, quien falleció un día antes.

La existencia de Marías lo atravesó por completo, lo transformó para bien. Pero su partida reciente lo mutiló por dentro. Sí. La muerte de nuestros seres queridos mutila nuestra alma. Y solo puede consolarnos la esperanza de un ulterior reencuentro.

Reproduzco a continuación esa semblanza:

«Fernando Marías, el escritor que amaba la leyenda

Fernando Marías, que murió el sábado a los 63 años, pensaba que la vida era un regalo de los dioses. Alimentó ese regalo con un amor profundo al cine, a la música y a la literatura. Fernando amaba la leyenda, porque sin leyendas, sin mitos y sin ideales la vida es pobre. Y Fernando era un rey de sí mismo, un hombre enamorado del oficio de vivir. La última vez que nos vimos fue a finales de octubre del año pasado, desayunando juntos en la planta 22 de un hotel de Las Palmas de Gran Canaria, frente a la inmensidad del océano.

Daba el sol sobre nuestros cafés y nuestros zumos de naranja que resplandecían y Fernando sonreía. Tenía el don de transmitir alegría, de darle a la vida ordinaria un suspense extraordinario. Muchas cenas y comidas con Fernando, claro que sí. Hicimos tantas cosas juntos. Era un corazón de oro. Y para colmo los dos servíamos en la milicia de amantes de la música de Lou Reed, eso ya nos unió para siempre. Estábamos casados no por la iglesia ni por lo civil sino por Lou Reed, es mucho matrimonio ese.

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[Reseña] Joder para transformar, de Daniel Olivares

Cuando el –por entonces– congresista Daniel Olivares se hizo con la vocería del Partido Morado, esa fue una decisión política que en un inicio no comprendí. Había congresistas con mayor experiencia y trayectoria que bien podían hacer ese papel (por ejemplo, Gino Costa o Alberto de Belaunde) en vez de dejar ese puesto a un neófito en política. Sin embargo, con el transcurrir de los días mudé de opinión. Olivares era directo, conciso y, debido a su condición de publicista, sabía comunicar.

Como consecuencia de su paso por el congreso, Daniel Olivares ha escrito Joder para transformar (2021), que es una rendición de cuentas final, un testimonio ameno y honesto de un joven político que entendió que el poder que ceden los electores es sólo temporal. En este libro describe el planeamiento de su campaña para las elecciones congresales, los proyectos de ley que fueron aprobados y los que quedaron en el camino, errores cometidos, triunfos y su frustración por no lograr los consensos.

Uno de los capítulos del libro lo dedica a la visión progresista. En ella se puede apreciar la influencia que ejerce en él el libro Puntos de reflexión. Manual del progresista, de George Lakoff. A Daniel Olivares le interesa ofrecer una narrativa que se centre en la empatía, que sea atractiva para los progresistas «parciales» (progresistas en determinadas temáticas como el matrimonio igualitario, la despenalización del aborto, discriminación positiva, etc.) y sugiere no caer en la contraproducente superioridad moral con respecto a los conservadores.

Fuente: elcolador.pe

En un ambiente donde es difícil –a veces imposible– lograr consensos, el autor comparte un consejo que recibió del también congresista Alberto de Belaunde:

«Mi colega Alberto de Belaunde me había advertido de la importancia de la conversación de pasillo, de lo que podías construir en esos cinco minutos previos al inicio de una reunión de trabajo, o de esos cinco minutos posteriores. Ese tiempo donde, lejos del debate público, dialogas con tus colegas y encuentras puntos en común en temas cotidianos. Saber que ambos son del mismo equipo de fútbol, que han adoptado una mascota, el gusto por el café, etc. Esos detalles, como comprobé meses después, empezaban a generar relaciones de mayor confianza entre las partes, y con ello se elevaban las posibilidades de lograr acuerdos políticos. Parece tonto, pero no lo es. Lo mejor de la política se hace mayormente lejos de las cámaras» (Olivares, 2021, p. 40).

Este consejo es muy acertado, pues se encuentra muy conectado con la psicología conductual (particularmente, con la denominada «facilidad cognitiva»). Kahneman, Premio Nobel de Economía, señala que en «un estado de facilidad cognitiva es probable que nos encontremos de buen humor, nos guste lo que vemos, creamos lo que oímos, confiemos en nuestras intuiciones y sintamos que la situación actual es cómoda y familiar» (Kahneman, 2020, p. 85). Por esta razón, es más fácil que se alcancen acuerdos cuando la persona a la que queremos convencer advierte que tiene cosas en común con el otro, y el ambiente es uno de sosiego y distensión. «El buen humor es una señal de que las cosas van bien en general, de que el entorno es seguro, de que todo está en orden y podemos bajar la guardia» (Kahneman, 2020, p. 97).

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[Reseña] Castigar al prójimo, de Roberto Gargarella

En esta entrega la preocupación de Roberto Gargarella es la conexión entre el Derecho Penal y la democracia deliberativa y republicanismo político. A raíz de esta conexión, busca que repensemos muchos temas que se consideran asentados. Entre sus propuestas está que el Derecho Penal sea creado, interpretado y aplicado no desde una élite (que casi siempre se beneficia con estas medidas), sino a partir de una mayor participación ciudadana (para ello es vital la inclusión ciudadana y discusión o deliberación) con el fin de obtener resultados más legítimos; propone el castigo como medida de última ratio y optar por otras soluciones menos gravosas y más consensuadas, apelando a la diversidad del reproche estatal (Gargarella dirá que las prácticas del sistema penitenciario colindan con la tortura); plantea la no criminalización de la legítima protesta ciudadana; etc.

Al margen de que en lo personal no comulgue con todas sus ideas (como por ejemplo, la instauración del jurado por razones si bien no relacionadas a la democracia deliberativa, sino con el derecho probatorio), la preocupación de Gargarella es más que interesante y merece ser discutida a profundidad en la academia.

Roberto Gargarella. Fuente: derechoconstitucionaltoledo.com
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[Relato] Contra III (SNES)

Imagen que incorpora el casete Contra III (SNES)

Como regalo de Navidad, recibí de parte de mi hermano esta maravillosa réplica de la imagen incorporada al casete Contra III (SNES), juego desarrollado por la legendaria Konami en 1992.

Mi hermano siempre fue mi pareja de juego cuando alquilábamos la consola Super Nintendo (en otra oportunidad ya comenté que mi mamá vendió nuestro Super Nintendo para que no siguiéramos discutiendo sobre a quien le tocaba jugar primero).

Así lucía Contra III. En su sencillez radica su valor.

Nunca llegamos a pasar todos los niveles de Contra III (como la gran mayoría de juegos). Nuestra propina de entonces (1 nuevo sol) no nos alcanzaba para terminarlos. Pero no nos importaba. El optimismo era inmenso y para la siguiente ocasión lo haríamos mucho mejor.

Recuerdo que el nivel máximo al que llegamos fue el Stage 5. Solo ocurrió una vez. Fue con el truco de las 30 vidas (normalmente eran 7), truco que el dueño del establecimiento conocía y que jamás revelaba. Como si fuese el secreto industrial mejor guardado, este colocaba el mando debajo de su polo (para que nadie lo descubra) y, acto seguido, ejecutaba las combinaciones. Desde que el tiempo es tiempo, el conocimiento es poder.

Este obsequio es solo para conocedores. ¡Gracias, hermano!

[Dibujo] Spiderman: No way home

Spiderman: No way home, sin duda, es la mejor película del universo Spiderman, y en mi opinión, la segunda mejor película de todo el género de superhéroes (por debajo de Avengers: Infinity War, por muy poco). Aquellos fans que han crecido junto con las películas de Spiderman y Amazing Spiderman, la serie animada Spiderman (que emitían por ATV a fines de la década del 90 y comienzos del nuevo milenio), y que, además, han visto todas las series de Marvel (por Netflix y Disney Plus); comprenderán la magnitud de lo que digo. Es como si, de pronto, los mejores sueños de nuestra niñez cobraran vida.

Este dibujo mío condensa toda esa emoción.

¡Vayan al cine!

Momentos antes de vivir esa experiencia histórica.

Bicentenario del nacimiento de Gustave Flaubert

Periférica recoge parte de los ensayos que Maupassant dedicó a Flaubert tras su muerte.

Hoy, 12  de diciembre de 2021, es el bicentenario del nacimiento de Gustave Flaubert, de aquel francés que cambió para siempre las letras universales.

Por eso, conmemorando este día, quisiera recordar a este entrañable escritor. Y para dicho propósito, quien mejor que su querido discípulo Guy de Maupassant para acercarnos, siquiera un poco, a ese perfil.

«Pasó la mayor parte de su existencia en su propiedad de Croisset, cerca de Rouen. Una hermosa casa blanca, de estilo antiguo, situada a la orilla del Sena, en medio de un magnífico jardín que se extendía por la parte de atrás y trepaba, por caminos empinados, la gran pendiente de Canteleu. Por las ventanas de su amplio gabinete de trabajo se veían pasar muy cerca, como si fueran a tocar los muros con sus vergas, los grandes barcos que subían hacia Rouen o bajaban hacia el mar. Le gustaba contemplar aquel movimiento silencioso de las embarcaciones deslizándose sobre el ancho río y partiendo hacia países soñados. A menudo, levantándose de la mesa, acercaba a la ventana su amplio pecho de gigante y su cabeza de viejo galo. A la izquierda, los mil campanarios de Rouen dibujaban en el horizonte sus siluetas de piedra, sus perfiles labrados; un poco más a la derecha, las mil chimeneas de las fábricas de Saint-Sever vomitaban al cielo sus guirnaldas de humo. La máquina de vapor de la Foudre, tan alta como la más alta de las pirámides de Egipto, contemplaba desde la otra orilla la aguja de la catedral, el campanario más alto del mundo» (Maupassant, 2009, pp. 99-100).

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[Reseña] Los abismos, de Pilar Quintana

Los abismos, ganadora del Premio Alfaguara 2021, coloca –una vez más– sobre la palestra internacional a la escritora colombiana Pilar Quintana (Cali, 1972). La historia se desarrolla en la ciudad de Cali, en ambientes tupidos de vegetación, teniendo como telón de fondo a ríos que surcan la localidad y montañas imponentes. A través de la enternecedora mirada de Claudia, una niña de 8 años, (re)descubriremos el mundo, sin ese equipaje de conocimientos previos y prejuicios y, en su lugar, usaremos el prisma de la dulzura e inocencia propias de la edad (aunque también el de la angustia y melancolía).

Claudia es una niña que vive en un dúplex, cuyo piso inferior se encuentra poblado por una densa vegetación a la que denomina «la selva». La niña no recibe atención por parte de su madre –también de nombre Claudia–, al punto de ser casi ignorada. Tiene estrictamente prohibido hablar con la empleada. La madre permanece gran parte del día recostada en la cama ojeando las revistas ¡Hola! y Vanidades, anhelando una vida que no posee, e interesándose por la muerte de las famosas y el cuidado de las plantas. No obstante, toda esa monotonía le produce algo muy similar a la depresión.

Por otro lado, Jorge, el padre, trabaja como administrador de supermercado casi todo el día, y es incapaz de mantener una comunicación fluida con su hija: adolece de silencios incurables. La tía Amelia, hermana de Jorge, es la única que se interesa en ella, aunque no la ve muy seguido. Todo este cúmulo de desatenciones hará que la hija se refugie en su muñeca Paulina.

Pilar Quintana. Fuente: infobae.com

Una muestra de esa inocencia y dulzura que impregnan el libro se encuentran en el siguiente fragmento:

«Llegó el momento. Nos levantamos en orden y pasamos en pares al altar. Pensé que al recibir la hostia y el vino, que eran el cuerpo y la sangre de Cristo, sentiría un cambio profundo. Que, libre de pecado y tomada por Él, quedaría ligera, lista para volar. Me concentré. Fue decepcionante. Lo único que ocurrió fue que la hostia se me pegó en el paladar y me pasé el camino de vuelta a la banca luchando para quitármela con la lengua, pero delante de mis compañeras, de María del Carmen, que tenía lágrimas en los ojos, fingí que había sido espectacular»[1]

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[Dibujo] El abrazo de un país (Gareca y Cueva)

El día de ayer, la selección peruana ganó 1-2 a su similar de Venezuela, en el estadio Olímpico UCV, por las eliminatorias rumbo a Qatar 2022. Apenas concretó el segundo gol, Christian Cueva corrió a buscar a Ricardo Gareca para darle un abrazo, a esa figura paterna que siempre cree en él y que no cesa de respaldarlo, a pesar de sus altibajos.

Ese sentido abrazo resume la alegría de todo un país.

El abrazo de un país. Autor: David Ibarra Delgado (Luder).

[Reseña] Sobre el duelo, de Chimamanda Ngozi Adichie

«He llorado pérdidas en el pasado, pero solo ahora he tocado el corazón de la pena»[1], se lamenta la escritora nigeriana Chimamanda Adichie (Enugu, 1977) tras la repentina muerte de su padre, James Nwoye Adichie, un 10 de junio de 2020, en los inicios de la pandemia. Chimamanda, quien vive en Estados Unidos, se encuentra impedida de viajar a Abba, Nigeria, para despedir a su padre de 88 años; debido a que los aeropuertos están cerrados hasta nuevo aviso. La –por entonces– incertidumbre mundial y suspensión de vuelos generalizada se suma, así, a su dolor, al igual que otras desgracias que se resisten a venir por separado.

Sobre el duelo (Notes on grief), inicialmente publicado en The New Yorker[2], es un descarnado ensayo que explora la vulnerabilidad por la pérdida del padre, los días que sucedieron a esa ausencia que Chimamanda se niega a aceptar (incluso en sueños), el paliativo de los somníferos, el enfrentamiento con los objetos personales paternos, la búsqueda de un sentido en medio de toda esa confusión. El ensayo también es un acto de amor y gratitud hacia la figura paterna, aquella que le transmitiera esa seguridad que ahora posee esta reconocida feminista.

Chimamanda Ngozi Adichie posa para una foto en Columbia, Maryland. Estados Unidos (Oliver Contreras/El Pais)
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