Luder es Ribeyro, de eso no queda duda alguna. Dichos de Luder (1989), conjunto de textos cortos y breves, al mismo estilo que Prosas Apátridas, son dos obras por las que el autor sentía un gran cariño.
Ribeyro se refiere a Luder como un amigo que frecuentó en París durante mucho tiempo. Recordemos que Ribeyro vivió en dicha ciudad por años. En ella se encuentran referencias adicionales como para que no se vacile en el hecho que se trata de él y no de alguien más: define a Luder como un «corredor de distancias cortas» -es ampliamente conocida su preferencia por los cuentos, compilados en La palabra del mudo-, la poca acogida o tiraje que tuvieron sus obras, entre otras frases.
La forma cómo escribe es de alguien humilde, taciturno, pesimista, con cierto aire melancólico. Y literariamente me siento muy cómodo e identificado por la forma como tangibiliza su estilo literario. Por ello, el blog adopta -inmerecidamente- el nombre de su alter ego Luder (en honor al maestro Ribeyro a quien admiro mucho), con el riesgo asumido de resultar quizás demasiado pretencioso.
Y la referencia a la pluma es porque tratándose de un blog literario, principalmente colocaré entradas de reseñas de novelas, cuentos, ensayos, etc., por lo que el redactar se hace imprescindible. Escribir desde ya es una manera de manifestarse en la vida, de encontrar un lugar y un espacio en el mundo y sentirse vivo.
Agradezco el interés de las personas que visitan este -humilde- blog y que comparten conmigo su interés por la literatura (un interés en ocasiones incomprendido).
Bienvenidos.